Guía del almacenamiento fotovoltaico con baterías

La forma más común de almacenar la energía solar generada por la casa o el edificio es el almacenamiento químico, también conocido como baterías. Durante el día, a medida que se produce la energía solar, el exceso de energía eléctrica que no se utiliza en ese momento se dirige a estas baterías, donde la energía eléctrica se convierte en energía química para su uso posterior.

Los sistemas de almacenamiento en baterías son muy comunes para los dos tipos de instalaciones fotovoltaicas, es decir, los sistemas autónomos que no están conectados a la red eléctrica y los que sí lo están. Son una forma fiable y rentable de garantizar una fuente constante de electricidad sin interrupciones.

Hay dos tipos principales de baterías disponibles actualmente en el mercado. Las baterías de plomo-ácido y las de iones de litio. Aunque las baterías de plomo-ácido son más baratas y, por lo tanto, se han convertido en una batería de uso común en algunas instalaciones, las baterías de iones de litio están ganando popularidad. Esto se debe a que el rendimiento y la longevidad de las baterías de iones de litio son mejores y, por tanto, proporcionan una fuente de energía más estable.

En general, las dos etapas más comunes del funcionamiento de una batería pueden encapsularse de la siguiente manera:

• Cuando la producción de energía es superior a las necesidades energéticas:
  Esta etapa suele producirse a mitad del día, cuando las necesidades energéticas, como la iluminación o la calefacción, pueden no ser tan elevadas mientras la luz solar está en su intensidad máxima. El exceso de energía que no se utiliza se convierte y se almacena en las baterías.
• Cuando la generación de energía es inferior a las necesidades energéticas:
  Es habitual al principio del día, cuando la luz solar no alcanza su intensidad máxima, y por la noche, cuando no hay luz solar. La producción de energía no puede satisfacer las necesidades energéticas y es posible que tenga que utilizar la energía almacenada en las baterías. Si no hay energía almacenada, el sistema de gestión inteligente de la energía recurrirá a la red para obtenerla.

Para cualquier sistema fotovoltaico (FV) que tenga baterías, este aspecto del almacenamiento desempeña un papel crucial en la configuración y el funcionamiento de toda la producción de energía. Las baterías influyen en el coste, los requisitos de mantenimiento, la fiabilidad y el diseño del sistema fotovoltaico. Por eso es importante no sólo disponer de almacenamiento en baterías para un sistema fotovoltaico, sino también considerar y elegir cuidadosamente la solución de almacenamiento adecuada para el mismo.

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